Roles, el cortometraje que he dirigido está seleccionado en el 21 Festival de Málaga de cine español, en la sección de Afirmando los derechos de la mujer.
En este post voy a hablar un poco del proceso del rodaje Roles y de mi experiencia en el corto que se proyectará el 20 de abril a las 19:00 en Centro Cultural María Victoria Atencia en Calle Ollerías, 34-36. La entrada es gratuita y la puedes recoger a partir del 13 en el Cine Albéniz.
Cortometraje Roles
Preproducción de Roles y el inicio del guion
La fecha exacta de como surgió Roles no la recuerdo, pero sé que ya hacía buen tiempo en Málaga, supongo que sería en julio. Un amigo llamado Aitor Urbaneja me dijo que una compañera de School Training (una escuela de cine en Málaga que os recomiendo) estaba buscando ayuda con un guion que había escrito y que le interesaba que yo lo dirigiese.
Era la primera vez que escuchaba esas palabras «estaban interesados en que yo lo dirigiese» y no algo que yo escribiese.
También me provocó un poco de vértigo. Dirigir algo que no haya escrito yo… me parecía raro, porque asumo que un guion es como un bebé. Y tenía que parir el bebé de otra persona. Pero así fue.
En la primera reunión en un bar de mi barrio, Teatinos, en Málaga, conocí a Patricia Gabás, y me comentó que tenía una historia escrita desde hace mucho tiempo y que trataba sobre micromachismos en el hogar.
Debo reconocer que en principio la idea original no me convencía, porque me daba la sensación de que ya se había hecho miles de veces, pero el tema de criticar el machismo en el hogar sí que me interesaba.
Ella me pidió que me hiciera cargo del guion.
Así que me planteé el reto de poder mejorar el guion mientras Patricia iba consiguiendo al resto del equipo, le propuse entre varios a Jesús Marinetto como montador, que al final acabó realizando una gran labor como productor junto a Patricia (además de montar el cortometraje junto a Sinuhé Muñoz, un montador y profesor muy conocido en Málaga).
El proceso de labrar un buen guion
Fue para mi lo más difícil de Roles, ya que lo que Patricia buscaba no tenía una estructura en tres actos: no había un personaje con un objetivo ni se resolvía nada al final de la historia.
Estuvimos semanas hablando del personaje principal: una mujer que estuviese engañando a su marido, que descuidase los lazos familiares, que pasase de su hijo, de pensar solo en sí misma al llegar a casa y querer la comida en la mesa nada más llegar…
Lo que viene siendo un hombre en casi cualquier familia española.
Tenía el tema, la intención de denuncia social… pero me faltaba el objetivo del personaje (los que me conozcáis o hayáis visto mis tutoriales sabéis que soy muy «pesao» con los objetivos.
Me faltaba un problema a resolver al final del corto y que estuviera estructurado en tres actos, con su detonante y su clímax.
Al principio, Patricia y yo jugamos con que hubiese un amante (que no se supiese su sexo), para dar pie a un giro final en el que hubiese un intercambio de papeles de ella a él y de él a ella.
Mientras, el equipo seguía creciendo, conseguimos como ayudante de dirección a Joseba Fernández y estuvimos haciendo casting para el papel del marido y del hijo.
La verdad es que estoy en contra de los castings, no creo que se pueda medir la validez de un actor o actriz para un papel. Tampoco he estado en muchos, pero me parecen todos como si fuese un examen, donde todo el mundo va a estar nervioso y el lugar seguramente no acompañe para ponerse a gritar, llorar o hacer algo que no tenga nada que ver con el personaje.
Así que hicimos un casting interpretando el papel que luego iba a interpretar. No sé a los demás directores y directoras, pero a mi me pareció lo más conveniente, para probar a la vez la fuerza del guion.
El papel recayó finalmente en Jose de la Torre, un excelente actor del que yo no había oído hablar y que me sorprendió gratamente. En los ensayos daba lecciones de interpretación pura, haciendo el papel de Patricia muchas veces, para que ella viera el rol de hombre machito tipo Stalney de ‘Un tranvía llamado deseo’.
Me habría encantado grabar algunos ensayos para enseñaros la improvisación de Patricia y José. Ahí me daba muchas veces cuenta de que el guion necesitaba algo más de fuerza, algo que José sacaba en los ensayos y daban ganas de gritar y de aplaudir, porque era algo mágico, os lo digo en serio.
Una vez le di la enhorabuena a Jose y le dije que me recordaba a Leonardo DiCaprio en ‘Revolutionary Road’, película que luego tomé como referencia para el guion técnico y la fotografía.
Para el papel del niño, tuvimos a varios niños que hicieron el casting. Nunca había hecho casting con niños, menos mal que Mariví Carrillo nos echó una mano para el primero. Realmente, nunca me encontré cómodo en los ensayos hasta que llegó el pequeño Álvaro Verdugo y sus padres, Juan e Inma, que nos acompañaron hasta el final del rodaje. Más adelante os contaré una anécdota graciosa.
El equipo técnico seguía construyéndose a la vez que yo seguía reescribiendo versiones del guion y me veía mil películas para intentar arreglarlo. Lo estudiaba día y noche y seguía sin saber cómo arreglarlo.
Creo que llegamos a tener 9 versiones del guion de Roles y seguía sin convencerme.
El equipo de fotografía fue el más difícil de conseguir, varios directores de foto se sumaban y a la semana se caían del proyecto.
Hasta que por fin Patricia llamó a Azahara Padial, que venía desde Granada con un equipo de técnicos de luces increíble y que fui conociendo en el rodaje.
También la labor de arte de Elena Alcalá y Javier de Mias, que es un trabajazo y un valor añadido a la historia. Ese niño con juguetes tirados por el suelo, jugando solo y sin nadie que le haga caso.
A la hora de pensar en los planos para la dirección de fotografía, sonido y arte… se me ocurrió una locura de la que me avergüenzo ahora (aunque puede que rescate en alguna otra locura). Hacer el corto solo con reflejos para que luego, en el giro final, la cámara hiciera un paneo desde el reflejo a la realidad y se viese que ella no era ella en todo el corto, sino él. Un lío, por miedo a que el guion siguiera sin chicha.
Al final, entre ensayos, charlas con Patricia y la información que recogía de Internet y de películas que tratasen el mismo tema, descubrí que este guion se tenía que salir un poco del marco de los cánones del guion al que yo estaba más que acostumbrado.
Me di cuenta de que Roles no necesitaba tres actos, un personaje con un objetivo ni nada que resolver.
Simplemente, tenía que ser una denuncia, algo que se viera reflejado la realidad.
Como si mirásemos por un agujerito de la pared una escena cotidiana en cualquier hogar… pero con la única diferencia de que el hombre estaba cocinando, cuidando a su hijo, preocupándose por la casa, la familia, su mujer… y se sintiese ahogado en esa vida.
¡Eso es Roles!
Rodaje de Roles
Producción tuvo que hacer un «triple bypass» para lograr que todos estuviéramos disponibles un solo finde, en una casa de Benagalbón y que el material llegara a tiempo. Pero ese es el pan de cada día en todos los rodajes (ya sea de gran presupuesto o pequeñito como el nuestro).
Comenzamos a rodar en la casa de Patricia, en su cuarto de baño, que usaríamos para hacer el pequeño giro del final del corto. Un plano que se nos resistió varias veces por la complejidad del enfoque y el movimiento, pero que al final lo pudimos apañar en montaje. Mención especial a nuestro operador, German Sanz, al que tampoco conocía de nada y que trabajó muy bien.
El problema venía con que teníamos un tiempo muy ajustado para salir de madrugada a grabar en la carretera los planos de la intro con Patricia en el coche, y después los de Jose (que al final no llegamos a usar, pero eso lo explico más adelante).
Y la mañana siguiente teníamos que estar todos citados temprano en Benagalbón. En principio, parece que no hay problema. Pero por temas de rodaje, alguien del equipo nos pidió rodarlo todo el mismo día… Y así hicimos todos el esfuerzo, de rodar casi 20 horas seguidas. Lo que más temía que pasara.
Citaron al pequeño Álvaro temprano para rodar antes sus escenas, aunque por lógica y por tiempo no pudo grabarse lo suyo tan rápido como quisimos. En rodaje, quité algunos planos y unifiqué algunos para ganar tiempo y no llegar a la madrugada cansado y, sobretodo, que el equipo técnico que son siempre los que más curran, no estuviesen todos fundidos.
Como anécdota graciosa: los directores siempre tenemos mucho tiempo muerto entre plano y plano. Tenía el guion literario y técnico memorizado, y por allí estaba el pequeño Alvarito que, como todos los niños, tenían ganas de jugar… y como yo soy otro niño pequeño, me puse a jugar con él cada tiempo muerto que había.
De entre todos los que eramos, era Alvarito con quien más empatizaba y el que más me preocupaba de que se aburriese o se sintiera decepcionado en el rodaje.
La importancia de Roles
Para mí el corto Roles tiene tres escenas importantes, una es la de la cena. Ese pulso silencioso mientras comen y se miran. Suena un teléfono, ambos saben quien llama: El amante.
Un momento de mucha tensión que habíamos ensayado con mucha delicadeza Patricia y yo, ya que no quería que hubiese una explosión del personaje del marido. Una reacción que tendría cualquier hombre al saber que le están engañando.
Más bien hice una explosión muy pequeñita, casi ahogada, del mundo de las mujeres amas de casa que están atrapadas por todo lo que rodea a sus maridos.
Mujeres que no tienen ninguna escapada, que no alzan la voz por miedo, que no se expresan para no perder a su familia, lo único que tienen.
Eso es Roles.
El reflejo de lo que muchas mujeres sufren en sus casas y, por desgracia, siguen sufriendo en este momento: El machismo.
Postproducción de Roles
Por motivos laborales no pude participar mucho en la postproducción, tuve que irme a Madrid y comenzar una nueva vida, por lo que la gran labor en postpro la tuvo Jesús Marinetto, Sinuhé, Azahara, Fran Demur y Patricia.
Me gusta dejar claro que dejo que el equipo participe, que tome decisiones, porque simplemente saben más que yo sobre el tema.
Si tengo a una persona que es una crack en el lenguaje visual como Azahara, dejo que participe, que tome decisiones, que imponga su visión artística.
Si veo que algo no me cuadra con las referencias que le indiqué, entonces ya si reacciono y comento algo. No me gusta nada los directores cuadriculados que imponen su visión sin que nadie les replique.
Esto es una labor de grupo y así tiene que ser, el director, pienso yo, tiene que estar para dar unidad al mensaje y no ponerse en medio cuando un técnico está haciendo su trabajo perfectamente.
Así que vuelvo con la edición, ya que sabía que con Jesús Marinetto estaba en buenas manos. Ya había trabajado anteriormente en ‘Donde caben 2 caben 3’ y sabía que tenía muy buen criterio.
Cada edición que me mandaba la veía con detenimiento, escribía en un documento los cambios a realizar y se lo enviaba a Jesús para que lo añadiese en montaje. Así hasta un total de 4 versiones.
Entre esas versiones dejamos fuera la escena final de Jose de la Torre conduciendo, ya que me pareció que sobraba… que el público ya había entendido el giro en el cuarto de baño y que poner eso era repetir y alargar la sorpresa del final.
Tenía que dejar esa sensación de mal cuerpo y a la vez de reflexión en el espectador.
Esa era mi intención, que el público se auto analice, que pregunte «¿Por qué me ha caído mal este personaje todo este tiempo?»
«¿Es por poner los cuernos? ¿Por desatender a su pareja? ¿A su hijo? ¿Porque está todo el rato pendiente del móvil y del trabajo? ¿Que no mueve un dedo en casa?»
«¿Si desde el principio hubiese sido un hombre haciendo todo eso, no me habría caído tan mal?» Porque es algo que lo llevamos tan normalizado desde pequeños que no nos damos ni cuenta.
Una vez más: ¡Eso es Roles!
Muchas gracias por leer esta experiencia muy resumida de lo que fue y será el cortometraje Roles. Gracias a todo el equipo, en especial a Patricia por brindarme esta oportunidad y por ayudarme a mejorar como director, guionista y como feminista. Os veré en el Festival de Málaga, ya sabéis el día 20 a las 19:00.
Os dejo con el Making of de Roles.